LA MIRADA ES UNA PROYECCIÓN DE NUESTRO CUERPO
La mirada se considera un indicador gestual que utilizamos cada día para mostrar de forma no verbal lo que nos resulta de interés o aquello que deseamos evitar. Seguro te has encontrado alguna vez que por la acera de enfrente observas que se aproxima aquella persona que te resulta contaminante emocionalmente y que deseas evitar a toda costa para que no absorba tus energías, la forma de decirle sin palabras que no deseas hablar con el es saludarle brevemente utilizando un contacto visual rápido y un efímero gesto con la mano. Utilizamos la mirada como regulador conversacional concediendo o no el turno de palabra, permitiéndonos la oportunidad de gestionar de forma adecuada nuestros intereses de turno en una conversación. (mantenemos la mirada para pedir el turno de palabra y evitamos el contacto visual para evitar ser consultado).
Por otro lado mantener de forma sostenida durante más de 5 segundos sin establecer una conversación se considera en la cultura occidental como un reto o una agresión espacial que incomoda y de que manera a la persona objeto de la mirada, considerándose como una prolongación de nuestro cuerpo a su espació más intimo a una persona no autorizada. Esta violación de espacio puede llegar a generar un potente disparador emocional y generar posteriores barreras comunicativas.
Este efecto emocional sucede al desconocerse el objeto de la mirada, con el contacto visual mostramos que estamos interesados en algo pero no el motivo, esto general tal inseguridad que inestabilizará la confianza de la persona observada creando un conflicto emocional que no es necesario principalmente si deseamos establecer una comunicación verbal posterior con esta persona.
Autor del articulo:
Juan González Moreno.
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